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Correspondencia

Muchas de las cartas de Rosa Luxemburg son testimonios únicos que nos permiten adentrarnos en su pensamiento y sus emociones.

Correspondencia

Rosa Luxemburg a Hanna-Elsbeth Stühmer

Wronke, 10 de marzo de 1917

La primera vez que pude salir al patio desde que me pusieron bajo custodia preventiva en la prisión para mujeres de la calle Barnim, encontré allí una señora de figura opulenta, con fina vestimenta y que llevaba una pequeña joyería en los dedos y en el pecho que centelleaba con cada uno de sus movimientos.

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Correspondencia

Rosa Luxemburg a Hans Diefenbach

Wronke, 30 de marzo de 1917

En mitad de un equilibrio precioso, laboriosamente alcanzado, ayer antes de dormirme me invadió de nuevo una desesperación mucho más oscura que la noche. Y hoy además hace un día gris, sin sol y con un viento frío del este… Me siento como un abejorro helado; ¿alguna vez ha encontrado usted uno en el jardín en una mañana gélida de otoño, cómo yace panza arriba en la hierba, entumecido, como muerto, con las patitas recogidas y los pelillos cubiertos de escarcha?

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Correspondencia

Rosa Luxemburg a Luise Kautsky

Sin fecha. Zwickau, 1904

En otro tiempo, allá en casa, me deslizaba al amanecer hasta la ventana –¡oh!, nos estaba severamente prohibido levantarnos antes que nuestro padre–, la abría despacito y miraba hacia afuera, hacia el gran patio. Seguramente que no había gran cosa que ver allí.

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Correspondencia

Rosa Luxemburg a Mathilde Wurm

Wronke, 28 de diciembre de 1916

Quiero responderte a la carta de navidad enseguida, mientras todavía arde en mi interior la ira que ha encendido. Sí, tu carta me ha enfurecido, ya que, pese su brevedad, en cada una de sus líneas puedo ver cómo has vuelto a caer bajo el influjo de tu entorno.

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Correspondencia

Rosa Luxemburg a Sophie Liebknecht

Breslau, mediados de diciembre de 1917

Soniuska, pajarito mío, su carta me ha alegrado muchísimo y quería responderle enseguida, pero en ese momento tenía muchas tareas que requerían mi concentración, por eso no me pude dar el lujo de hacerlo. Y después preferí esperar la ocasión, porque es mucho mejor poder hablar las dos distendidamente.

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Correspondencia

Rosa Luxemburg a Sophie Liebknecht

Wronke, 2 de mayo de 1917

¿Que qué leo? Principalmente, libros de ciencias naturales, geografía, botánica y zoología. Ayer leí un libro sobre la desaparición de los pájaros cantores en Alemania; conforme va extendiéndose y racionalizándose, día tras día, el cultivo de los bosques, de las huertas y de las tierras, les resta las posibilidades naturales de construir sus nidos y buscarse el sustento. En efecto, el cultivo racional hace desaparecer poco a poco los árboles carcomidos, las tierras en barbecho, los matorrales, las hojas secas caídas al suelo.

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