La primera vez que pude salir al patio desde que me pusieron bajo custodia preventiva en la prisión para mujeres de la calle Barnim, encontré allí una señora de figura opulenta, con fina vestimenta y que llevaba una pequeña joyería en los dedos y en el pecho que centelleaba con cada uno de sus movimientos.
Rosa Luxemburg a Hanna-Elsbeth Stühmer